Los 'hispanos' no dieron tregua a Dinamarca en los primeros
30 minutos del partido; por un momento, la campeona de Europa
y gran favorita no supo cómo reaccionar a la intensidad
defensiva y el acierto goleador de la anfitriona. Ni el mejor
guión pudo prever una final así.
España borró del partido a su rival desde el primer instante,
cuando un parcial de 3-0 les descolocó hasta provocar el
primer tiempo muerto cuando solo se habían disputado cuatro
minutos. Pareció reaccionar Dinamarca con un 3-2 engañoso,
ya que desde entonces no iba a haber otro equipo sobre la
cancha del Palau.
Hasta el descanso, no hicieron más que sumarse a la fiesta jugadores
como Gedeón Guardiola, Alberto Entrerríos o Jorge Maqueda.
Cañellas aprovechó el buen momento para, con cinco goles, tirarse
el equipo a la espalda y realizar el mejor balonmano del
Mundial 2013. Junto a Valero Rivera, que no perdonó las
pérdidas de los nórdicos, provocaron que uno de los mejores
porteros del mundo, Landin, se viera desbordado.
Tras el descanso la historia no fue diferente y España no dejó
lugar a la remontada. Misma intensidad, mismo acierto,
provocando que Dinamarca bajara los brazos. Mikkel Hansen, su
gran estrella, se mostró muy desafortunada en cada ataque.
Perdieron la fe y las ganas, entregándose por completo a un
equipo que este domingo volvió a firmar otra de las grandes
gestas del deporte nacional.
En una decisión más que discutible, Mikkel Hansen fue nombrado
mejor jugador del torneo. No así de esta final, que tuvo varios
nombres propios: Joan Cañellas, con 7 tantos, y Arpad Sterbik
con 14 intervenciones. También el de Alberto Entrerríos, el capitán,
que hoy deja la selección con dos mundiales en su palmarés.
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